Aleteando por las células del aire,
redescubro que los hombres están oscuros,
llenos de espadas.
Tajos en el universo que suman grietas.
Olor a desazón, humo que asusta ,
necesidad de escapar para proteger mis alas.
Mujer sin volar sería una condena
un grito en el barro,
la muerte de la poesía.
Graciela Wancelblat
Argentina
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