miércoles

Obatala



Jung dijo que no es mirando a la luz como se vuelve uno luminoso, sino hundiéndose en su propia oscuridad.
Quizas en ese pensamiento yace la explicación de la irónica y extraña naturaleza humana.
Pregunto:
Porque es necesaria una seria enfermedad para hacernos ver las cosas que debíamos, desde hace mucho tiempo, haber cambiando en nuestras vidas?
Porque es necesaria una catastrofe de magnitudes inmensurables , como la que
acaba de suceder en Haiti, para que el mundo mire en la dirección de un pais que se hundía ya desde hace muchos años en la pobreza, la enfermedad y el sufrimiento?
Es esa la mano de un dios que , a causa de esta "ceguedad humana", se ve obligado a hacernos zancadilla para que nos tropecemos y al caer ,
de repente , nos demos cuenta de lo que tan fácilmente nos dábamos por eludidos?

Obatala ayer estiro su pie y hoy el mundo entero tropezó.

Rocio


2 comentarios:

CESARION dijo...

la noche de Venus


Es tu cuerpo diáfano y delicado,
El oasis sudoroso de tu alma ;
Que en beso enloquecido llama,
Y temblando incitas al pecado.

Por eso mujer, no encuentro palabras
Para distraer tus labios, y al calor
De tus besos se amigajan el valor,
Se pierden los sentidos ;y las sombras

Invaden el espacio de mI existencia,
Siento temblar las piernas ,y estremecer
El cuerpo, pensando en el amanecer
Para escapar, como si tú presencia

Me causara terror, y no placer…..!
Veo confundirse tu cuerpo con las sabanas,
Empapadas en el sudor, mientras exclamas
Soy feliz ,! pues me has hecho mujer…!

Como duele tu amor,
Que no siendo espinas ni fuego,
Punza y arde, es sublime luego
De la entrega al dolor……..

Tus senos montes blancos de carnes,
Se alzan como cúpulas de catedral;
Al besarlos la boca me sabe a sal,
Mis ojos se recrean en los pezones.

Esperando que brote el licor
Que nos dio a mamar Venus,
La diosa del desnudo,sí Venus
La diosa de la lujuria y el amor….!


escrito por
CESAR A. Zambrano A.
bogota.colombia
JUNIO 26 DE 1987
poetaCAZA///

Rocio dijo...

Gracias Cesar por tu visita y el hermoso poema que dejaste