jueves

Bajo el arbol, ocho minutos bastan


El espíritu del árbol me habla quedo
por él entiendo cuánto debo a la partícula
a la rama desprendida y al rumor de los días idénticos.

La vida de la pradera me abraza desde su más fresca brizna
yo me quedo en la conversación del bosque
larga en el sol demorado
muy parecida a una piedra
extendida y contrita a la vez
no diría como adorno sino como solución en el paisaje.

Me abro y entiendo
todo es inevitable
sereno y perenne a través de los ciclos.

Cuelgo ese YO tan preciado
del total para que se pierda
¡es renovación cada muerte sufrida!.

Pongo mi atención en el entorno
es que soy infinita.

Alejandra Del Rio
Chile



Discover Mandalay!

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