A veces
la tristeza se acomoda a nuestro lado
nos envuelve, nos seduce, nos arrulla…
Hay que entonces entregarse
hacerle el amor con desespero,
con furia
y cuando cansada se duerma finalmente,
con la sutil delicadeza de una lagrima fria
hay que escabullirse de ese abrazo intimo,
salir sin despertarla
y correr hacia los brazos cálidos
de quien siempre nos espera
Ella…
La esperanza
Rocio
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