Esta no soy yo, aclaro. No me sucedio a mi. Me lo conto una amiga de
una amiga, porque le sucedio a una amiga de ella, o a alguna amiga
de la amiga. La verdad es que ya no recuerdo.
El caso fue que la noche estaba inquieta, la luna parecia estar
bañada en fuego y ella, cansada de mil noches embriagandose de
sueños, fue recordando caricias de otros tiempos hasta terminar
cediendo a sus deseos: dejar que alguien volviera a pintar arcos
iris en su cuerpo. Y fue asi , segun cuenta la historia, como sus
puertas, previamente cerradas con candado, quedaron de nuevo de par
en par abiertas. El entro, cual siervo embelezado, con pasos
trepidosos , tumbando miedos, se sucumbio en el mar de sus caricias
y se anido con pasion en sus adentros. Sesenta y nueve versos le
escribio con sus labios en el cuerpo hasta hacerla ligera, como un
ave en vuelo. De infinitos colores se llenaros sus ojos cuando
alcalzo la cima de su cielo y en pinceladas de su lengua agil los
fue depositando con artistico empeño sobre la piel erizada de su
lienzo.
No, no me paso a mi, que quede claro. Y no entiendo el porque de
este cosquilleo en la mañada despues de... que mi amiga me contara
sobre la amiga de su amiga o quizas alguna amiga de ella.
Rocio
|
1 comentario:
Dios mio..yo en vez de 79 kiero 99.5 versos de esos..jajajajajaja
Mafalda
Publicar un comentario